La temporada 2025 de las Grandes Ligas apenas supera el primer mes de acción, pero la silla caliente ha alcanzado niveles históricos con el despido de tres managers antes de concluir mayo. La presión por resultados inmediatos ha sido implacable, sin dar tregua ni a los más experimentados ni a quienes hace poco eran reconocidos por sus logros.
Brandon Hyde: de Manager del Año a fuera del dugout
El caso más reciente ha sido el de Brandon Hyde, quien fue separado este sábado de su cargo como dirigente de los Orioles de Baltimore. El equipo, que hace apenas dos años ganó 101 partidos bajo su mando, atraviesa un difícil arranque con récord de 15-28. La ofensiva liderada por Adley Rutschman y Gunnar Henderson ha estado por debajo de las expectativas, y la gerencia decidió cortar por lo sano.
Hyde, nombrado Manager del Año en 2023, se convierte en la víctima más sonora de esta tendencia, dejando su marca en la franquicia con una reconstrucción ejemplar. Tony Mansolino asumirá de manera interina.
Derek Shelton: los Piratas no aguantaron más
El pasado 8 de mayo, los Piratas de Pittsburgh también optaron por un cambio en la cueva, despidiendo a Derek Shelton tras un arranque de 12-26. Shelton, quien tomó las riendas del equipo en 2020, nunca logró llevar a los Bucaneros a la postemporada, acumulando un récord de 306-440. La paciencia se agotó a pesar del talento joven en desarrollo.
Bud Black: fin de ciclo en Colorado
Apenas tres días después, el 11 de mayo, Bud Black fue cesado por los Rockies de Colorado luego de iniciar la temporada con un pobre 7-33. Black dirigía al equipo desde 2017 y fue responsable de sus últimas apariciones en postemporada (2017 y 2018), además de convertirse en el dirigente con más victorias en la historia de la franquicia.
A pesar de su experiencia y liderazgo, la falta de competitividad sostenida en los últimos años y el actual hundimiento del club fueron motivos suficientes para su salida.
Una tendencia implacable
Lo que antes era común a mitad o final de temporada, hoy ocurre en abril y mayo. Las gerencias ya no esperan milagros. La urgencia por competir y la presión externa —tanto de medios como de fanáticos— está marcando una nueva era en la gestión deportiva de MLB.
Con más de cuatro meses restantes en el calendario, otros dirigentes podrían estar bajo la lupa. La temporada 2025 está dejando claro que el margen de error es más corto que nunca.