Santiago de los Caballeros.– En un emotivo acto cargado de orgullo, esperanza y profundo sentir patriótico, el Alcalde de Santiago, Ulises Rodríguez, entregó este jueves las banderas nacional y municipal al equipo de pequeñas ligas Bravos de Pontezuela, que este sábado partirá rumbo a Curazao con la firme misión de conquistar un cupo al Torneo Mundial de Béisbol Infantil que se celebra cada año en Estados Unidos.
Reunidos en el despacho del alcalde, los jóvenes peloteros –hijos de los barrios humildes de la ciudad– recibieron con emoción los símbolos que representan a su patria y a su pueblo. El momento fue más que un protocolo: fue una ceremonia donde la ilusión, el compromiso y el sentido de pertenencia se entrelazaron con cada palabra y gesto.
“Ustedes no solo representan a un equipo, representan el espíritu luchador de Santiago”, expresó con voz firme y emocionada el Alcalde Rodríguez al entregar las banderas al dirigente Chichilo Cordero. “Jueguen con el corazón, con amor a la camiseta, porque si ganan, su triunfo será el orgullo de toda la ciudad”, agregó, prometiendo todo el respaldo del cabildo si logran clasificar al mundial.
El equipo, que ya ha pisado el escenario mundial en dos ocasiones anteriores, vuelve a intentarlo con más madurez, más hambre de gloria y, ahora, con el aliento directo de sus autoridades. “En nuestras dos anteriores salidas al mundial, ningún alcalde nos había recibido. Este gesto nos llena de energía y compromiso”, confesó Chichilo Cordero, emocionado.
Cordero subrayó que estos niños provienen de comunidades humildes y que, pese a las limitaciones, entrenan y compiten con entrega total. “Este viaje representa mucho sacrificio, pero también una gran oportunidad para demostrar el talento que nace en nuestras calles. Creemos en nuestros muchachos y esperamos el mejor rendimiento de ellos”.
El acto cerró entre aplausos, fotografías y abrazos, dejando en el aire el eco de una ciudad que cree en su juventud y que los ve partir con el alma puesta en sus guantes, y el corazón latiendo al ritmo del béisbol.
Este sábado, los Bravos de Pontezuela volarán a Curazao. No lo harán solos. Se llevan consigo el sueño de un pueblo, el respaldo de una ciudad y el poder simbólico de las banderas que les recuerdan que, sin importar el marcador, ya son campeones por representar con dignidad a la patria.