Desde que se anunció la esperada pelea del pasado sábado en Las Vegas, entre el norteamericano Terence Crawford y el astro mexicano Saúl –Canelo-Alvarez, la mayor incertidumbre en torno a la misma se basaba en si el primero podía superar sin inconvenientes la significativa cantidad de libras que debía aumentar para ajustarse al límite de los supermedianos -168 libras-.
Esto así, porque Crawford, quien ganó su primer título en los ligeros -135 libras- había hecho gran parte de su carrera en los welters -147 libras-, en donde fue el mejor libra por libra, y para subir a los supermedios debía aumentar nada más y nada menos que 21. Es decir, tres divisiones por encima de la suya.
Ocurre que a Crawford no se le podía catalogar como un peso mediano junior -154 libras-, porque apenas había celebrado en este casillero una pelea, que fue la que hizo ante el ruso Israil Madrimov, a quien venció en agosto del año pasado para conquista el trono vacante de esa división avalado por la Asociación Mundial de Boxeo –AMB-.
De ahí el que se entendía que Crawford, tras subir todas esas libras, no sería el mismo boxeador al que estamos acostumbrados ver, que perdería velocidad, reflejos y eficiencia encima del ring, razón por la cual salió favorito “El Canelo”, quien además de su calidad, ya estaba estable en los supermedios, y tenía ventajas claras en ese sentido sobre su rival.
Ahora bien, se entendía que Crawford, un boxeador más completo y de mayores recursos técnicos que “El Canelo”, si no se veía afectado por el peso –además de que tenía un año inactividad-, y podía soportar los golpes del mexicano más allá del octavo asalto, entonces tendría buenas posibilidades de ganar por decisión la pelea.
Y efectivamente, Crawford, en ningún momento pareció sentir los efectos del aumento de peso, fue el mismo de siempre, el que habíamos estado acostumbrados a ver en sus divisiones anteriores, muy en especial en los welters, en donde logró sus triunfos más importantes, frente a hombres de la talla de sus compatriotas Shawn Porter y Errol Spence Jr, excampeones del mundo.
Frente al “Canelo”, en el Allegiant Stadium de “La Ciudad del Juego”, Crawford realizó una de sus mejores peleas, pareció un supermedio natural. Podría decirse incluso que relativamente dio cátegra a un “Canelo” que se vio neutralizado por la maestría,tecnicismo, velocidad, sincronización, inteligencia y efectividad de su retador.
Crawford dictó la cátegra, se adueñó del ring prácticamente desde el principio e impuso su estilo, versatilidad –asumió la guardía izquierda- y con un mayor volumen de golpes marcó el ritmo de la pelea, básicamente con el jab de derecha y efectivas combinaciones al rostro y al cuerpo de Alvarez, quien pese al esfuerzo y a la presión constante, en muy contadas ocasiones pudo hacer su pelea y hacer daño al estadounidense.
Crawford se tornó en un crucigrama indescifrable para “El Canelo”, quien a lo sumo pudo haber ganado dos o tres asaltos de la contienda y se vio superado relativamente en toda la línea por su inspirado adversario, a quien todo le salió bien, inclusive supo asimilar los mejores golpes del guerrero azteca y responder desde cualquier ángulo.
Al final de las acciones no había dudas sobre quien sería el ganador del pleito(los tres jueces votaron a su favor 116-112, y dos con puntuación similar 115-113). Crawford dominó claro y se erigió como amo y señor del cuadrilátero, frente a un “Canelo” que no tuvo respuesta,a quien parece que ya los 20 años de intensa carrera, en los que ha sostenido cruentos combates, le han pasado factura. En realidad, ya no es el mismo, sus reflejos y eficiencia encima del tinglado han mermado considerablemente y da la impresión de que estamos en el final de una de las trayectorias más ilustres del boxeo contemporáneo, pero muy en especial de los últimos años.
Fue apenas la tercera derrota para Alvarez, todas por puntos y ante figuras de sólido prestigio, como Floyd Mayweather Jr, el primero en vencerlo, el ruso Dmitry Bivol y ahora Crawford. En cambio exhibe 63 triunfos y 39 nocauts, con dos empates.A lo que se une la conquista de cuatro campeonatos mundiales en pesos diferentes –medianos junior, mediano, supermedio y semipesado- y una fortuna que asciende a más de 700 millones de dólares.
Crawford, de su lado, acaba de ganar su quinto título mundial en categorías distintas, y materializar la proeza de ser el primer boxeador en la historia que logra diademas absolutas en tres divisiones diferentes. Es decir, las fajas reconocidas por los cuatro organismos que rigen el boxeo mundial, Consejo, Asociación y Organización Mundial de Boxeo, además de la Federación Internacional de Boxeo –FIB-.
Ahora Crawford, quien extiende su invicto a 42-0, con 31 de sus triunfos por la vía rápida, a sus casi 38 años, inicia un nuevo reinado en una división competitiva y a la que no está acostumbrado, en la que de seguro deberá conceder ventajas físicas a la mayoría de sus rivales, como es la de los supermedios. Veremos, pues, qué tal le va y por cuánto tiempo permanecerá en el trono. No lo pierdan de vista. Estén atentos. PARA QUE LO APRENDAS O LO RECUERDES: A propósito de Crawford es oportuno señalar que éste debutó como profesional el 14 de marzo del 2008, ocasión en que venció por nocaut en el mismo primer asalto a Brian Cummings, en Denver, Colorado. ¡Suena la campana! ¡Climmp!
Pie
Terence Crawford, izquierda, castiga al “Canelo” Alvarez previo a vencerlo por decisión. Foto fuente externa.