Ryne Sandberg, icónico segunda base de los Cachorros de Chicago y miembro del Salón de la Fama del béisbol, falleció a los 65 años tras luchar contra el cáncer. Reconocido por su potencia, velocidad y excelencia defensiva, Sandberg redefinió su posición durante una carrera de 16 años, en la que fue 10 veces All-Star, ganó nueve Guantes de Oro, siete Bates de Plata y fue MVP de la Liga Nacional en 1984.
Su carrera tuvo un punto de inflexión en el famoso “Juego de Ryne Sandberg” en 1984, cuando conectó cinco hits, impulsó siete carreras y pegó dos jonrones decisivos ante Bruce Sutter, ganándose el respeto nacional. Ese mismo año inició un legado que lo colocó entre los líderes históricos de los Cubs en múltiples categorías ofensivas.
Al momento de su retiro, poseía el récord de jonrones para un segunda base (277). Fue exaltado al Salón de la Fama en 2005 y más tarde se mantuvo vinculado al béisbol como embajador de los Cubs, dirigente en las ligas menores y de los Phillies, y como figura presente en Cooperstown.
El comisionado Rob Manfred y la familia de los Cubs destacaron su integridad, humildad y pasión por el juego. Además de su impacto en el béisbol, Sandberg fue recordado como un hombre de familia dedicado, orgulloso de su esposa Margaret y sus hijos.
Nacido en Spokane, Washington, Sandberg rechazó una carrera en el fútbol americano universitario para firmar con los Phillies, quienes lo seleccionaron en la 20ª ronda del draft de 1978. Hizo su debut en Grandes Ligas en 1981, y con el tiempo se convirtió en una leyenda del Wrigley Field.