El mercado invernal de las Grandes Ligas sigue moviendo fichas importantes en el pitcheo. En las últimas horas, los Angelinos apostaron por la resurrección de Alek Manoah, los Mets se aseguraron un cerrador de lujo con Devin Williams y los Azulejos terminaron de blindar su rotación con el mega contrato de Dylan Cease. En paralelo, Orioles y Bravos reforzaron su profundidad con brazos zurdos de bajo perfil.
Los Angelinos de Los Ángeles firmaron al derecho Alek Manoah por un año y 1.95 millones de dólares, en un acuerdo claramente marcado por la ecuación riesgo–recompensa. El ex All-Star llega en pleno proceso de regreso tras la cirugía Tommy John que lo dejó fuera desde junio de 2024.
Manoah, drafteado en primera ronda por Toronto en 2019, fue sensación en 2022 con los Azulejos, cuando registró marca de 16–7, efectividad de 2.24 y 180 ponches, terminando tercero en la votación del premio Cy Young. Luego vinieron los problemas de control en 2023, el descenso a ligas menores y, más tarde, la operación de codo.
En 2025 lanzó en las menores con efectividad por debajo de 4.00 antes de ser puesto en asignación por Toronto, reclamado por los Bravos y finalmente no ofertado. Ahora, bajo la tutela del nuevo coach de pitcheo Mike Maddux y del mánager Kurt Suzuki, Anaheim intenta reconstruir a un abridor que hace poco parecía pieza de franquicia.
En Nueva York, los Mets se movieron fuerte para asegurar el cierre de los partidos al llegar a un acuerdo de tres años con el relevista agente libre Devin Williams, por alrededor de 51 millones de dólares, sujeto a examen físico. El derecho viene de una campaña irregular con los Yankees, en la que tuvo récord de 4–6, efectividad de 4.79 y 18 salvamentos en 22 oportunidades, perdiendo y recuperando el rol de cerrador durante el año antes de terminar de forma sólida en la postemporada.
A pesar del tropiezo, su hoja de vida habla por sí sola: dos veces All-Star, dos veces ganador del premio Trevor Hoffman al Relevista del Año en la Liga Nacional y Novato del Año de la LN en 2020 con Milwaukee, precisamente cuando David Stearns —hoy presidente de operaciones deportivas de los Mets— dirigía esa organización. El movimiento perfila a Williams como la nueva ancla del bullpen y reconfigura el futuro inmediato del puesto de cerrador en Queens.
Mientras tanto, en Toronto se hizo oficial uno de los grandes contratos del invierno: los Azulejos cerraron con el abridor Dylan Cease por siete años y 210 millones de dólares, el mayor acuerdo para un lanzador en la historia de la franquicia. El derecho, procedente de los Padres, se instala como as de una rotación que ya incluye nombres de peso como Kevin Gausman, Shane Bieber, José Berríos y el sensacional joven Trey Yesavage. Con Cease al frente, Toronto envía un mensaje claro de que seguirá compitiendo de tú a tú en la exigente División Este de la Liga Americana.
En un plano más silencioso, pero igualmente importante para la profundidad de los rosters, los Orioles de Baltimore firmaron al zurdo Andrew Magno con un contrato de ligas menores, movimiento que incluye invitación a los entrenamientos de primavera. Magno viene de una etapa productiva en las menores dentro del sistema de Detroit y se suma a la lucha por un puesto en el bullpen.
A su vez, los Bravos de Atlanta volvieron a apostar por el también zurdo Danny Young con un acuerdo de un año tipo “split”, que paga diferente salario según esté en Grandes Ligas o en Triple A. Young, de 31 años, se recupera de una cirugía Tommy John realizada en mayo y se espera que esté disponible para reforzar el relevo en la segunda mitad de 2026.
En conjunto, estos movimientos confirman la tendencia de este invierno: equipos dispuestos a pagar fuerte por brazos de calibre probado como Cease y Williams, mientras otros clubes tratan de encontrar valor en lanzadores con historial reciente de lesiones pero con techo alto, como Manoah y Young, o en zurdos de profundidad como Magno. El tablero se sigue moviendo y el mercado de pitcheo es, una vez más, el epicentro de la temporada muerta.

